viernes, 11 de octubre de 2013

Una buena y una mala noticia

Ayer hubo una buena y una mala noticia. Adivinar en menos de un minuto cuál es cuál:

1. Ayer se apobó la LOMCE, la ¡séptima! ley educativa desde 1970 (sale a una cada 6 años, más o menos). Si realmente los problemas de la educación se solucionaran mediante reformas educativas, ya no debería haber ninguno. Esta, en concreto, deja claro desde el preámbulo que sus intenciones de mejora se centran en la economía. Mejorar la educación, dice, supone para los ciudadanos "abrirles las puertas a puestos de trabajo de mayor cualificación". Y, por si no queda claro, se añade que "uno de los objetivos de la reforma es introducir nuevos patrones de conducta (?) que sitúen la educación en el centro de nuestra sociedad y de nuestra economía". Me pregunto, ¿qué papel se espera que juegue la educación física para ello?

2. Ayer el parlamento europeo entregó el premio Sajarov a los Derechos Humanos a Malala, la niña paquistaní tiroteada por reclamar su derecho a la educación. Lo hacía desde los 12 años, en un blog en el que de forma anónima (su vida corría peligro si la identificaban -y si no, también-) escribía cosas como: "quiero ir a al escuela porque quiero saber cómo es el mundo y cómo hacerlo mejor". Además de congraciarnos con el género humano, Malala nos recuerda que eso de lo que a veces nos quejamos, ir a clase, es una gran conquista social, un derecho que aún muchas personas distan mucho de disfrutar.

8 comentarios:

  1. Me arriesgo... la mala es la primera y la buena la segunda.
    La nueva ley educativa no me convence, no comparto los pilares sobre las cuales se sostendrá y considero, al igual que Víctor, que es una reforma que busca mejoras económicas, como leí en un medio no hace mucho se pretenden institucionalizar "escuelas low cost". En cuanto a la pregunta que se plantea; ¿qué papel se espera que juegue la educación física? No creo que se modifique respecto al que tiene ahora.
    Referido a Malala mis palabras son de admiración. En un país donde hay tantas dificultades, más todavía si se es mujer, que una chica de su edad presente esa iniciativa reclamando un derecho que se les prohíbe. Tal y como se comenta al final de la entrada, en ocasiones no nos damos cuenta de que somos unos privilegiados y renegamos por cosas que, otras personas, están dispuestas a dar la vida por ello. Me quedo con una frase suya en el discurso ante Naciones Unidas: "quisieron silenciarnos, pero fallaron".

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  3. Creo que no hace falta el minuto para adivinar que así como Alex dice, la primera noticia es la mala y la segunda la buena. Claro esta como bien decís que es una reforma que busca mejoras económicas, y en el caso de Malala decir que no tenemos esa dificultad que en otros países existen, obviamos todo lo que ocurre fuera y no le damos la mínima importancia a un derecho que para otras personas lo es todo.

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  4. Comparto los pensamientos de mis compañeros.
    Respecto a la primera noticia, se supone que es una reforma que busca mejoras económicas, pero ya veremos si eso realmente funciona o fracasa estrepitosamente como han ocurrido otras veces.
    Respecto a Malala, me ha hecho meditar en dos direcciones:
    1. Su valentía. No mucha gente tiene el valor de hacer lo que ella hizo y reclamar un derecho que es universal para todo ser humano aún arriesgando su vida.
    2. Gracias a Malala las personas que recibimos educación nos podemos dar cuenta de que es un privilegio estar en la situación en la que encontramos. Ésto nos puede o mejor dicho, nos debería animar a utilizar y sacar el máximo rendimiento al derecho que por desgracia aún en el siglo XXI no todo el mundo tiene, LA EDUCACIÓN.

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    1. Para mi el problema si la educación servirá o no para aumentar el nivel de ingresos, sino el hecho de justificar una reforma educativa desde argumentos como ese. Esa es la perversión: la educación entendida como un medio para mejorar los ingresos no es educación, sino formación laboral.
      Para ser justos, el preámbulo de la ley también habla del desarrollo personal, de personas competentes, autónomas, libres y esas cosas. Pero no deja se ser preocupante la fuerza con la que ha irrumpido el economicismo en la legislación . Y, lo que es peor, esa visión reduccionista conecta con muchas de las creencias que vosotros mismos tenéis.

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  5. Yo quería comentaros que las personas por naturaleza (es lo que pienso) tendemos a quejarnos por todo, ya que en los países donde es muy difícil acceder a la educación, muchos niños desean ir a la escuela. Y sin embargo, nosotros que tenemos la posibilidad de ir, y encima que estamos en una carrera que nos gusta y nos apasiona, nos quejamos demasiado de que hay que ir, hay que estudiar, hay que atender... Como me suele decir mi madre, somos culos de mal asiento, es decir, que nunca nos conformamos con nada y que tendemos a quejarnos de todo, aunque si no lo tuviéramos también nos quejaríamos.

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  6. Es verdad lo que dice Brenda, nunca estamos conformes con lo que tenemos, con las ventajas que obtenemos frente a esa gente que no puede permitirse estudiar o no tiene tiempo para ello, obligado a trabajar para dar de comer a una familia... ejemplos como ese, un millón... Muchas veces no valoramos lo que tenemos porque simplemente lo tenemos, porque sabemos que lo vamos a tener y que nadie nos lo va a arrebatar...

    Volviendo al tema en sí de la entrada, decir que estoy de acuerdo con mis compañeros. Una noticia buena y una mala... Me quiero quedar con la que espero sea la buena:
    Malala, una luchadora de uno de los derechos humanos para la educación, valiente mujer que nos enseña a valorar más este derecho del que podemos disfrutar día a día... Premio muy merecido.

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  7. De acuerdo con mis compañeros, las personas tendemos a quejarnos, no solo de la educación que es el tema tratado, sino de todo en general. Desde mi punto de vista, antes de hacer este tipo de quejas, deberíamos pararnos a pensar en todo lo que tenemos y valorarlo lo mejor posible, ya que muchísima gente daría, siendo claro y por decirlo de este modo, la vida por tener la mínima cosa de la que nosotros, por suerte poseemos y sin embargo nos quejamos de todos modos. Muy de acuerdo con mi compañero Francisco Javier, posiblemente no valoramos lo que tenemos porque simplemente lo tenemos y siempre lo vamos a tener. Esta frase me ha llamado muchísimo la atención porque define a la perfección el tema que estamos tratando.
    Por otra parte decir que Malala se merece el premio, pero no solo eso, ya que el premio tan solo es un premio, y lo que ella de verdad desearía es que se aplicara lo antes posible en la sociedad de hoy en día.

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