lunes, 18 de noviembre de 2013

¿Cómo se hace para ser un oxímoron?

Después de estar en la charla de Antonio Fraile, la pregunta que me ha quedado es: la expresion entrenador educador, ¿no será un oxímoron? Aunar en una misma expresión dos conceptos tan aparentemente distantes en sus finalidades, tan dispares en sus intenciones pero, también, tan ineludiblemente vinculados necesariamente supone conflicto. En cambio muchos, la mayoría, buscáis certezas. "Lo que hay que hacer es...!"; "La solución es...!"; "La culpa es de...!"; "¡Eso está muy bien, pero es imposible...!". Casi siempre, esas certezas enraizan en una historia personal monolítica: "si siempre me han entrenado, si siempre he entrenado, si lo que me piden es entrenar, ¿para qué voy a educar?". "Si siempre me ha ido bien así, ¿para qué me voy a plantear otras cosas?"
¡Ay de aquél o de aquella que se haga esas preguntas! Desde el mismo momento en que se la formule quedará atrapado en el oxímoron. Entonces la cuestión no es si debo serlo o no, sino: "¿cómo diablos puedo hacer para ser entrenador educador? ¿Cómo se hace para ser un oxímoron?"

2 comentarios:

  1. Te has adelantado a mi idea... iba a escribir una entrada hablando del oxímoron y el entrenador educador. La palabra me llamó la atención, así como su significado, y lo primero que hice fue buscar más ejemplos, como "instante eterno", "clamoroso silencio"... Lo cierto es que la desconocía, pero por otro lado conocía los epítetos ;esto son adjetivos o participios que resaltan una característica intrínseca de un sustantivo, por ejemplo :el frío de la nieve. En ocasiones resultan tan incoherentes como un oxímoron.
    Dejando de lado el vocabulario y retomando la expresión de entrenador educador sí que considero que ambos papeles aunados en una misma persona parecen, a priori, contradictorios. Es complicado entrenar eficazmente y al mismo tiempo educar, y pasa lo mismo al revés, pero no es imposible. De hecho pienso que este hecho es más fácil que se dé en etapas escolares (que es sobre lo que trataba la charla) que en alto rendimiento donde el resultado tiene una enorme influencia.
    ¿Debo serlo? No, pero sería interesante aproximarse a la idea. Cuando doy clase de tenis a los pequeños (5-6 años), dejo atrás las influencias de como eran mis entrenamientos para intentar buscar otros objetivos que considero más educativos, sin embargo, no consigo dedicar tiempo (apenas 1h de clase para 6-7 alumnos) a la mejora de su técnica tenística. Esta evoluciona más por desarrollo psicomotor del niño que por mi influencia. Ahora me planteo... ¿que pasaría si intentara equilibrar la balanza? Creo que disfrutarían menos de la clase, no obstante, voy a intentar probarlo esta semana a ver qué pasa.

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  2. Bajo mi punto de vista los niños van a actividades deportivas para aprender, está claro, pero también para divertirse. Para ellos es el momento que tienen de evadirse del mundo del colegio que por la mañana han estado machacándolos constantemente. Es cierto que podrías educar a la vez mientras entrenas, de hecho yo creo que cualquier entrenador lo hace inconscientemente. Un ejemplo: un niño entrenando a balonmano le pega a otro sin ningún motivo. El entrenador le dice que no se debe pegar a los compañeros, que eso está mal. Ahí yo pienso que el entrenador está educando a la vez que entrena ya que está inculcando valores morales de respetar a los demás.

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